- Ahí estabas tu sentada, bajo ese árbol leyendo un libro que conociéndote seria el de Romeo y Julieta, levantaste la vista y me viste sabias que iba en tu dirección o al menos lo presentías y vi en tus ojos dibujado el ultimo sentimiento que habría esperado ver... terror. El horror se pinto en tu semblante y me dejaste ver algo que me advirtió de algo. Te habían echo daño, con anterioridad pero tu corazón aun sentía el puñal clavado y lo sabia por tu mirada melancólica llena de angustia y dolor.
Y desapareció. Borraste el semblante triste y tu mirada perdida volvió al libro que estabas ojeando momentos antes en tu silenciosa lectura como si hubieras reaccionado y pensado que yo en realidad no estaba ahí. Te mire de arriba a bajo fiándome en todos tus detalles, ibas tan hermosa.
Llevabas un vestido de color verde que iba a conjunto con tus hermosos ojos, que minutos antes me habían mostrado algo de ti sin ni siquiera tu saberlo y ahora estaban... vacíos.
Y me dolió no saber porque y tenia ganas de correr hacia a ti y curar todos tus males. Entonces reaccioné, me había parado a contemplarte en medio del parque, pero seguro que no era el primero, aunque me hubiera gustado ser el ultimo, me hubiera gustado ir a tu lado y mirar a cada uno que pasase y se te quedase mirando con rabia en mis ojos para espantarles...
Dí dos pasos más, estaríamos a unos 10, tu sentada en la hierba y yo ahí parado mirándote, veía como levantabas la vista intentado que yo no me diera cuenta cosa que no conseguiste. Suspiraste. Y una brisa jugo con tu pelo rizado e rubio haciéndolo pasar por delante de tu cara tapándote así la visión y con tu mano delicada cogiste el mechón como si de seda se tratase y te lo pusiste detrás de la oreja. Cogiste de nuevo el libro y lanzaste otro suspiro al viento.
Me frustraba estar ahí parado mirándote y no poder saber que te pasaba mi interior me decía que me acercara a ti y te hablara pero me sentía tan cobarde. Baje la mirada al suelo y me ruborice. Era tonto estar ahí parado, pero algo en ti me había despertado... y yo no podía evitar estar como un pasmado ahí mirándote.
Levanté de nuevo la vista habían pasado apenas minutos pero ya echaba de menos observarte para intentar descifrar algo más de ti. Pero era tarde... ya no estabas ahí... te habías marchado.
¿Como podías haberte ido? ¿desaparecido como la niebla en el amanecer sin que yo me enterara?
Y algo en mi se en cojio entendí que era mi corazón que se había echo más pequeño, porque con tan solo mirarte ya había quedado preso de ti. Es cuando pensé que quizás había sido mi imaginación, mi mente que solo intentaba encontrar algo de luz, una luz que tus ojos me habían aportado.
Me giré dispuesto a irme con el dolor más grande que podía haber tenido dentro de mi, miraba al suelo intentando reprimir las lágrimas que querían salir de mis ojos. Suspiré con resignación y me opuse a ello aunque una lágrima broto de mis ojos sin que yo pudiera evitarlo a tiempo.
''Hola'' susurro una suave voz timidamente a mis espaldas, no sabia a quien pertenecía aunque algo muy dentro mio me dijo que te pertenecía a ti, a la misma chica del semblante triste por segundos. Y lo supe porque el corazón me latía a mil, cerré los ojos lentamente, viendo como me dabas mas luz a medida que escuchaba tu espiración detrás mio esperando a que te hablara. Me entro un miedo indescriptible... miedo a que desaparecieras y te llevaras esa luz contigo, esa que me había dado tanta paz y tranquilidad.
Yo me giré poco a poco y te vi ahí parada con la mirada clava en el suelo intentando negar tu terror, sabia en esos momentos que ni siquiera tu sabias porque hacíamos estos, pero que una conexión estaba entre nosotros y que no nos quería dejar escapar. Te sonrojaste y lo entendí. Estaba enamorado de ti.
- Y entonces dijiste TE AMO - dijo riéndose recordando aquel momento
- Si - reí con timidez - el tiempo no ha echo que deje de pasar por mi cuerpo la misma corriente que percibí en el momento que cruce tu mirada por primea vez - se sonrojo y yo sonreí ante ese gesto lo que provoco que ella también sonriera, sabia que seguía amándome, lo presentía - ¿sabes? ahora, después de diez años, he comprendido algo que no comprendí en aquellos entonces, en aquellos instantes, que durante estos años junto a ti había sido una gran incógnita, sé que nunca hablamos de ello... pero sabia que alguien había herido tu corazóncito - dije señalando su pecho donde este estaba - aunque tambien sabia que yo habia echo disminuir tu dolor, aunque habia quedado una pequeñita cicatriz y ahora he entendido el dolor que sentías... es el mismo que sentí yo cuando desapareciste, ese dolor que después de 10 años se ha vuelto a manifestar al poder escuchar de tus labios un posible Adiós para siempre, con el que se llevara todo lo que te he entregado, mi sonrisa matutina, mis caricias, mis besos melancólicos, mi buenas noches, mi olor a café recién echo por la mañana, mi corazón, pero sobre todo se llevara lo más preciado para mi, en lo que tu te has convertido, en mi vida.
Así que por favor no te marches, por favor no te vayas porque no podré aguantar un minuto sin ti.
n n n
Y ella besó sus labios, prometiéndole un amor eterno, así proclamando que el perteneciente de esos labios, es quien ahora tenia su vida. Ahora él era su vida, y ella siempre fue la vida de él.
Pablo
Hace 3 años
3 comentarios:
Que linda historia y con un final feliz... amor eterno. Si todo terminara asi o comenzara seria genial. Que lindo
Te leo!!
Saludos del otro lado del charco
VeCa
waw!! me encanto la historia, me hiciste sentir su dolor, su alegria...
muchos besos :)
Aii, es muy tierna esa historia!
Ojala todas pudieran terminar asi..
Y como siempre.. me hiciste sentir que estaba ahi, mirando a esa chica de vestido verde y ojos a juego..
Un beso enoooorme=)
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