15 de septiembre de 2009

Sin ganas de vivir

Y notaba como cada parte de mi débil cuerpo iba perdiendo más y más las fuerzas que me quedaban y como de mí ya solo quedaban restos. Y un dolor insoportable me invadía por dentro, era tan doloroso... como si aplastaran cada milímetro de mi piel y después me arrancaran las extremidades, para después quemarlas en un fuego intenso que recorría cada parte de mí y se extendía. Y ahí estaba yo con el dolor y con el quemazón que me reducía a motas de polvo que el viento se llevaba y perdía entre la inmensidad del universo.

Y notaba como caía rendida a ese insoportable dolor y mataba todas mis ilusiones poco a poco. Y ahí estaba yo en una oscura esquina de mi tenebrosa habitación apartada de toda civilización y de humanidad, y aguantaba en silencio, sin lágrimas, sin gritos desgarradores, sin nada, simplemente silencio.

Y notaba como la habitación se hacia más y más grande por segundos y yo quedaba más pequeña como si todo se fuera a caer encima mio de un momento a otro. Y sentía un miedo indescriptible, porque si mi habitación me parecía enorme el mundo exterior iba a ser como si fuera una pequeña e inofensiva hormiga, como si una niña de tres años se pusiera unos pantalones XXL.

Estaba triste por que el sol ya no iba a salir para mí, ya no iba a bañarme ni correr entre las olas del mar mientras cerraba los ojos apreciando el momento en que el viento acariciaba mi piel y jugaba con mi cabello. Ya no habían más castillos de arena, ni zapatitos de cristal para mí, ya no habrían ni amaneceres, ni atardeceres que contemplar. La luna ya no seria mi fiel compañera yo estaba sola en ese aterrador mundo.

Con tristeza, miedo y dolor. Algo que no iba acabar jamás. Y yo ya no era yo, ya no era nadie. Nada tenia sentido ahora... todo perdía su importancia y su valor y con ello sus hermosos colores que me había emocionado antes y ahora solo veía un inmenso gris que me tragaba y me adentraba en él como si hubiera caído en una espiral que no tenía fin.

Y esa era la vida, la vida que a mi me había tocado vivir....
una vida llena de penas y de dolor.
n n n ¿Para que luchar?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Siempre hay que luchar, a todos nos tiene que tocar un pedacito de felicidad, no? xoxo

Bubela dijo...

Si pudiste apreciar la belleza de la calma en la playa, estar en sintonía contigo misma descubriendo tu parte más infantil con los castillos de arena. Si tuviste zapatos de cristal, amaneceres y atardeceres...


... No crees que tu vida NO sólo han sido penas?
Aprecia eses momentos que has vivido. Siempre se repiten, bajo otras formas. Hay que estar preparada para vivirlos ‘a tope‘


Muchísimas gracias por tus palabras. Me halaga que te guste tanto lo que escribo :)

Saludos

Eme dijo...

Para vivir en vez de sobrevivir*

muchos besosdulces y abrazos confitados cariño*